Nace en La Habana, el 20 de diciembre de 1979. Realizó sus estudios en los conservatorios Manuel Saumell y Amadeo Roldán, y los completó en la Academia de Música de Londres, Inglaterra.
En 1990 obtuvo el Gran Premio y Premios especiales por la interpretación de la música cubana y la ejecución de obras de su propia creación, en el Concurso para Piano Amadeo Roldán; premio en la categoría Junior del I Concurso de la Piano de la UNEAC, 1994; premios en los concursos Danny Kaje, de la UNICEF, Holanda; Sinigalia, Italia, 1998; segundo lugar en el Concurso para Piano Teresa Carreño, Venezuela, 1998.
Primer Premio en el Concurso de Piano de la Universidad de Música de Trinity College, Inglaterra, 1999; Tercer premio en el Concurso Internacional de Piano, Inglaterra, 2000; Tercer premio en el Concurso Internacional de Piano Compositores Españoles, auspiciado por la SGAE, España, 2000.
Primer Premio en el Concurso Internacional de Piano Soloist Competition, 2002, convocado por el Trinity College de Londres, Inglaterra, ocasión en que interpretó el Concierto núm. 3, para piano y orquesta, de Serguei Prokofiev, acompañado por la Orquesta Sinfónica de la Institución que le otorgó el premio, dirigida por Peter Stark.
Como compositor, cultiva el jazz fusión. Ha realizado giras por Santo Domingo, Venezuela, España, Inglaterra (en este país actuó en el Royal Festival Hall de Londres), en el Festival Jazz Plaza, La Habana, y en el Cubadisco 2000, obtuvo, por En el ocaso de la hormiga y el elefante, el Premio, la Opera prima y el Gran Premio compartido con Osdalgia.
Un crítico de música que comprobó el virtuosismo de Aldo López-Gavilán en el Festival Internacional de Jazz de Calí, Colombia, expresó que “no puede ser identificado como un pianista porque el piano es él”. Esa identificación del hombre con el instrumento nunca es más verdadera que en el caso de López Gavilán que nació en una casa habitada por la música: su padre es director de orquesta y compositor, Guido López Gavilán, y su madre, Teresita Junco, ya fallecida, fue una exquisita pianista y pedagoga que educó a varias generaciones de músicos cubanos.
“Según los cuentos de mi familia, siempre tuve una gran afinidad musical. Desde pequeño cantaba en lugar de hablar, y el piano que teníamos en la casa fue un gran juguete”, recuerda López-Gavilán que conversa con El Nuevo Herald desde Nueva Orleans, donde se encontraba para abrir un concierto de Chucho Valdés y su quinteto en el teatro Joy.
“Mis padres querían que yo estudiara chelo para hacer el trío perfecto: violín, piano y chelo, pero yo preferí el piano”, recuerda López Gavilán, que a los cinco años cantó por primera vez en la televisión cubana junto con su abuelo paterno, Evelio López, quien fue miembro del trío Taicuba en sus inicios, cuando aún era un cuarteto.
López-Gavilán promete sonidos cubanos y brasileños como los de Espiral, una pieza incluida en su primer disco, En el ocaso de la hormiga y el elefante (Unicornio, 2006). En este álbum recrea su relación con la naturaleza y su afinidad con los animales, especialmente con los silvestres. “Describo musicalmente la rapidez y destreza de la hormiga y el tamaño y la pesadez del elefante”, explica el pianista, reconociendo el tono de cuento infantil de esta pieza de la que se ha hecho un DVD en el que está acompañado por la Orquesta Sinfónica Nacional de Cuba
SARAH MORENO elnuevo herald
Discografia
- En el ocaso de la hormiga y el elefante
- Talking to the Universe
- Sound bite
- Dimensional
- Concierto a 8 manos
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