domingo, 24 de febrero de 2013

Jesus "Chuchito" Valdes 
Nacido y criado en La Habana, Cuba, el pianista, compositor y arreglista Jesús "Chuchito" Valdés Jr., es la manifestación de tercera generación de una dinastía de piano jazz cubano que incluye a su padre, Chucho Valdés , y su abuelo, Bebo Valdés . El mayor de cinco hermanos, Valdés fue un niño prodigio, asistir y graduarse de la Escuela de Música Ignacio Cervantes . Tuvo su primera actuación profesional a la edad de 16 años, trabajando con el cantante y trompetista cubano Bobby Carcassés , y también acompañó a cantantes Pello El Afrokan y López Anibel por un tiempo. En los años 80 mediados de Valdés era un miembro de la Cuban Jazz Combo Sonido Contemporáneo , y por los últimos años 90 había tomado lugar de su padre en el renombrado Irakere banda cuando el Viejo Valdés optó por ir en solitario. Finalmente Chuchito lo mismo, al frente de su propia banda y gira detrás de su marca de fuego del jazz afrocubano. Él lanzó un álbum de debut, Encantado , en 2002 en Ciudad Registros Crier, siguiendo con La Timba en 2002 y Herencia en el año 2004, tanto en J & N Records y Claves de Jazz Latino en el 2007 de Sony BMG International. Valdés sigue haciendo giras y grabando


 Born and raised in Havana, Cuba, pianist, composer, and arranger Jesus "Chuchito" Valdés, Jr. is the third-generation manifestation of a Cuban jazz piano dynasty that includes his father, Chucho Valdés, and grandfather, Bebo Valdés. The oldest of five siblings, Valdés was a child prodigy, attending and graduating from La Escuela de Musica Ignacio Cervantes. He had his first professional gig at the age of 16, working with Cuban singer and trumpeter Bobby Carcasses, and also accompanied singers Pello El Afrokan and Anibel Lopez for a time. In the mid-'80s Valdés was a member of the Cuban jazz combo Sonido Contemporáneo, and by the late '90s he had taken his father's spot in the renowned Irakere band when the elder Valdés opted to go solo. Eventually Chuchito followed suit, leading his own band and touring behind his fiery brand of Afro-Cuban jazz. He released a debut album, Encantado, in 2002 on Town Crier Records, following it with La Timba in 2002 and Herencia in 2004, both on J&N Records, and Keys of Latin Jazz in 2007 from Sony BMG International. Valdés continues to tour and record, making his home in Cancun, Mexico.




jueves, 21 de febrero de 2013



IBEYI
Es Ibeyi su nombre. Así es como llaman a los gemelos divinos en yoruba, el lenguaje de la santería
cubana. Cubanas pues, ante todo, tienen también algo de Venezuela. Y francesas son, esas dos
hermanitas, tan gemelas como singulares, por haber nacido y crecido en Paris. Tan solo oirlas, se
conoce que son del mundo entero. Se oye primero la voz soul de Lisa Kainde acompañandose al
piano. Simplicidad e intuición de la debutante, que te llega hondo con la fuerza de una música
autentica;
Lisa Kainde, con su cabellera afro y su inmensa sonrisa, como para templar a los más insensibles.
A su lado, Naomi, sirena morena, verdes los ojos, le hace el coro a su hermana. Más secreta
Naomi, pero ella es quien le da la base harmónica y rítmica al dúo, allí en el escenario, tal jinete
montada en su tambor, el cajón.
Bellas como son, esas dos chicas no tienen por qué tomar posturas o trampear: la música la tienen
adentro. Será que les corre por las venas? Su padre Angà Diaz, gran percusionista cubano, las
inicio muy temprano a la música que vivía como un aliento espiritual. Había tocado, entre otros,
con Chucho Valdés, Ibrahim Ferrer, Ry Cooder, Roy Hargrove o Steve Coleman. Pero él desapareció
demasiado pronto.
Hoy, las gemelas de Ibeyi escriben sus melodías y sus textos ( en español, en francés y en inglés).
Inmediatamente seducido por sus primeros títulos, el realizador de los álbumes de Asa se propuso
guiarlas y producir su primera grabación. Nace una nueva voz, evidente y profunda. La voz única
de dos gemelas , Lisa Kainde y Naomi. Tienen 17 años. Para ellas todo está empezando. Y para
nosotros también, al son del tema que inicia sus conciertos, un ritual de la santería dedicado a
Eleggua, el Dios que abre y cierra los caminos y por el cual empieza la fiesta



IBEYI
Elles s'appellent Ibeyi, le nom des dieux jumeaux yoruba, la langue de la Santeria, le Vaudou
cubain. Avant tout Cubaines donc, elles sont aussi Vénézuéliennes. Et Françaises, puisque ces
deux jeunes soeurs aussi jumelles que singulières ont grandi à Paris. Dès la première écoute, le
monde entier leur appartient.
On entend d'abord la voix soul de Lisa-Kaïndé, qui s'accompagne au piano. Simplicité et intuition
de la débutante, alliées à la force poignante d'une vraie musicienne. Lisa-Kaïndé, chevelure afro et
immense sourire, désarme les plus endurcis. A ses côtés, Naomi, sirène brune aux yeux verts,
accompagne sa soeur aux choeurs. Plus secrète, c'est pourtant bien Naomi qui donne toute son
assise harmonique et rythmique au duo, installée sur scène à califourchon sur son tambour, le
cajon.
Deux belles filles comme elles n'ont aucun besoin de prendre la pose ou de tricher : la musique est
en elles. Une histoire de sang ? Leur père Anga Diaz, grand percussionniste cubain, les a certes
très tôt initiées à la musique qu’il vivait comme un élan spirituel. Il a joué entre autres avec
Chucho Valdés, Ibrahim Ferrer, Ry Cooder , Roy Hargrove ou Steve Coleman. Mais il a trop tôt
disparu.
Aujourd'hui, les jumelles d'Ibeyi écrivent leurs mélodies et leurs textes (en espagnol, français 

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miércoles, 20 de febrero de 2013

Berry Gordy

El empresario musical, compositor, manager, cazatalentos y productor afroamericano Berry Gordy Jr, fundador del sello Motown, nació el 28 de noviembre de 1929, en Detroit.
En 1957 fundó su primera casa discográfica,Tamla, y a los 2 años, aproximadamente, puso en marcha su segundo proyecto, Motown (Motor Town) que finalmente absorbería a Tamla y se convertiría en un gigante de la música soul. En torno a este nombre y con la ayuda de los compositores Holland-Dozier-Holland, Berry Gordy Jr construyó todo un imperio musical, el mayor conglomerado de artistas afroamericanos (compositores, intérpretes, músicos, productores etc) que había existido hasta entonces.
Los años 60 fueron especialmente buenos para la discográfica de Detroit.  Berry Gordy Jr consiguió que la música soul no sonara a música negra, que no fuera tan racial. Sus bellas y melódicas producciones cautivaron al público blanco y en consecuencia llegaron al mainstream y las listas de música pop. El 75% de los singles publicados por esta casa de discos entraron en el Top 40 de las listas de éxitos americanas y grupos como The Supremes compitieron en ventas con los mismísimos Beatles.
Berry Gordy nunca editaba un single sin haberlo escuchado previamente en el coche. Según decía, una canción funcionaba bien en las radios si sonaba bien en el coche. Algo de razón tendría ya que su discográfica Motown fue una auténtica factoría de estrellas (Hitsville USA) y por allí pasaron los grupos y solistas más exitosos del soul de los años 60 y 70
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Records Motown History

lunes, 18 de febrero de 2013



Fela es Zaratrusta
Dicen que el sexo de Fela Kuti era como sus canciones: largo y con legado. No, no es una frase con efecto. En 1978 se casó con 27 mujeres al mismo tiempo, y eso sin contar las que no eran oficiales. Entendido el símil, ahora habría que buscar otro episodio de su vida que lo represente como ogro. Tampoco en estos perfiles se llega por las bondades que Dios reparte.
Y aquí va la anécdota: en 1974 la policía entró a su estudio. Hubo plomo, destrucción y mucha candela. Preso y con marihuana “sembrada” por los cuerpos del orden público, Fela procedió a tragarse los porros uno a uno para que no existiera prueba alguna en su contra. Los gendarmes fueron listos y pidieron una muestra de heces que decidieron esperar con paciencia de prestidigitador infalible. Fela fue más vivo que ellos y buscó a un preso sin vicios, hizo negocios y le compró sus deposiciones limpias de toda culpa a precio de caviar beluga. Sin evidencias incriminatorias, el rebelde fue liberado ante el asombro de sus cancerberos y compuso uno de sus mejores discos bajo este sugestivo título: Expensive Shit, o Mierda Cara si se le aplica la traducción simultánea a este ogro ejemplar.
¿Pero quién era Fela Kuti?
Los más avispados ya sabrán que se trata de un músico, pero definirlo hasta ahí es un tanto insuficiente. Así que valga la biografía enunciativa a modo Enciclopedia Salvat:
Fela Anikulapo Kuti nació el 15 de octubre de 1938 en Abeokuta, Nigeria, en el seno de una familia de clase media. Su padre fue presidente de la Unión de Maestros Nigerianos, reverendo religioso y un aventajado pianista. En cambio, su esposa resaltó por ser la gota de ira en la constitución cromosómica de su hijo. Activista del feminismo y del movimiento independentista en su país, llegó a compartir mesa con protagonistas históricos como Mao-Tse Tung o Kwame Nkrumah, todo esto sin contar su mayor logro como creadora de la Unión de Mujeres Nigerianas: el derecho al voto para todas las ciudadanas de su país. En 1958 ellos decidieron educar a su hijo a la usanza inglesa y enviaron a Fela a Londres para que estudiara medicina.
Superado el párrafo introductorio de hace un momento, es preciso decir que en este punto la biografía del primogénito se tuerce para siempre. Fela Kuti, quien ya había cantado algo a sus 17 años en la efímera The Cool Cats, además de haber probado suerte como promotor radial, se da cuenta de que lo suyo no son los tapabocas y el bisturí. Así que cierra los frascos de formol, sale del quirófano y se matricula en el Trinity Collegue of Music con un único fin: sorprender y crear desde cero.
Tampoco es una exageración. La vida de Fela es desmesurada y casi inventada por un grupo de escritores a sueldo. No hay ni un solo dato plano, sin sal. Kuti, para no desmentir a sus biógrafos, arma un primer grupo, Koola Lobitos, y con ellos inventa una galaxia tan astronómica como musical: el afrobeat.
El género es un verdadero potaje para tragar por vía auditiva. Tiene cantos tradicionales africanos, un poco de funk, psicodelia, jazz y su dosis de locura. La estructura, no podía ser de otra manera, parece la de un líder que va reclutando gente para su causa: batería y percusión suelen unirse al bajo para formar parte de una repetición rítmica interminable, cíclica, en donde el resto de instrumentos, ya sea la guitarra eléctrica o el órgano, van adivinando una melodía reforzada por la sección de saxos y marcada por un chekere o una clave. Sumado a esto, una voz casi mineral, la de Fela, canta en yoruba o pidgin (el inglés de la calle) y le pregunta a un aguerrido como numeroso coro sobre temas sensibles a los derechos humanos y a la liberación de los pueblos oprimidos. En fin, hipnosis en estado puro y sin necesidad de recurrir al herbolario universal.
Si a esto le sumamos una visita del ogro con su grupo a Estados Unidos a fines de la década de los 60, la cosa agarra más sabor. En esa época Kuti hizo su maleta y conoció a una odalisca, quien le presentó a las Panteras Negras, le habló de Malcolm X y le atufó la cara con la fetidez de la palabra imperialismo. En ese momento, y con la misma imagen mil veces fabulada de un Bolívar en estado de trance, Fela sabe que es un superhombre, que tiene una misión liberadora en su país y vive el delirio en su Chimborazo. Piensa en cadenas, yugos y bravos pueblos. Se monta en su caballo imaginario y regresa a su país, bautiza a su grupo como Africa 70, su club lo da en llamar El templo y arranca con su Gran Colombia personal: la República de Kalakuta o República Canalla.
O mejor aún: Fela es Zaratrusta pero con micrófono y con la endiablada capacidad de sacarle sonido hasta a las piedras. Le da por vestirse con micro shorts y sin camisa. Así se pasea por sus dominios, mientras se reproduce en tantas notas como espermatozoides que va regando. Kuti arma un mundo y juega a que Dios se está haciendo pasar por él, cuando éste último se descuida. Mientras se hace divino, toca el saxofón, los teclados, las trompetas, las flautas, las guitarras y los instrumentos de percusión que se le atraviesen en su camino. Su mano es mágica y su voz atronadora.
En su reino se acogían a los más necesitados. La cooperativa se declaró estado independiente de Nigeria y era el sitio de reunión de activistas y revolucionarios que buscaban la independencia. Y Dios, casi desnudo, explica lo que significaba su nombre: Fela, el que hermana grandeza; Anikulapo, el que tiene control sobre la muerte; Kuti, su muerte no puede ser provocada por un humano.
Megalómano y genio, Fela crea los días y sentencia las noches. Despide a beatles de sus estudios para que no se apropien de su espíritu, rechaza contratos multimillonarios después de consultar a hechiceros y se niega a recortar sus creaciones. Dice estar rodeado de yalajis, mujeres con poderes especiales que lo aconsejan, y hace lo que le da la gana. Sus composiciones no tienen límite de tiempo y nacen de sus estados de ánimo. Kuti coge el instrumento que necesita, arma su legión y arranca guiado por una intuición felina. Nadie sabe qué va a salir de esto, pero el milagro brota. Con Fela la música nace de cero, como un animal salvaje, y se para y camina sola por kilómetros. Diez minutos o media hora de una misma canción, qué más da, cuando Dios la termina la graba y se olvida de ella. No vuelve a tocarla nunca más. Queda en la anécdota. “El artista crea y no se repite”, dice él ante las caras impávidas de los primerizos.
Y luego remata: “la música es algo espiritual. No se juega con ella. Si lo haces, morirás. Porque cuando las fuerzas te han dado el don de la música debe ser bien usado, para el bien de la humanidad. Haëndel es mi principal influencia. La música clásica golpea a los músicos, pero la música africana golpea a todo el mundo”.
Fela busca hacer honor a sus palabras. Se calza los guantes, desafía a sus perseguidores y estos le recuerdan que no es tan divino como cree. La forma de hacerlo entrar en razón fue más que elocuente: la tarde del viernes 18 de febrero de 1977, un escuadrón de mil soldados llegó a la República de Kalakuta con la excusa de resolver una pelea callejera. Primero sitiaron la zona por espacio de 15 interminables horas, hasta que sucedió lo inevitable: una orden precedió el primer disparo, luego vendría el estallido de un generador y una lluvia de destrucción fue parte de un espectáculo sin parangón. Mataron hombres, hirieron niños, violaron mujeres y arrasaron con fuego cada palmo del reinado. De las cenizas del reino canalla no quedó en pie ni una sola grabación de las tantas que se hicieron en un período de productividad sin igual. La saña fue tal que hasta la octogenaria madre de Kuti pagó las consecuencias con su vida en el cruel ataque, al ser lanzada con su hijo desde la ventana de un segundo piso.
Fela, malherido, más tarde escribiría en la escayola de su pierna: “tristeza, lágrimas y sangre”. Otra vez preso, pasa un mes en la celda y luego es deportado a Ghana. De allí también lo echan al popularizar el tema Zombie, en el que se mofa del ejército sin compasión, y Kuti toma dos decisiones dignas de un personaje tan absurdo como colosal: formar el partido político Movimiento para el Pueblo y lanzarse como candidato presidencial.
Haciendo los siempre odiosos paralelismos, hay que reconocer en Fela Kuti un aporte tan importante para su país, como el que siempre se le endosa a Bob Marley con Jamaica: sacarle brillo a su tierra en el mapa mundial, antaño desestimada culturalmente, a fuerza de su riqueza musical e ideas. Pero si Marley, marihuano y buena onda, es Gandhi; Kuti, megalómano y desadaptado, es el Che. Formas diferentes de encarar la lucha y de entrar a los libros de historia.
Por eso no es de extrañar que a Fela le pase de todo en este trayecto. Algunos músicos lo dejan cuando perciben que son utilizados en su campaña política, le rechazan la candidatura de 1979, vuelve a lanzarse en el 83, saca el disco Black President, empieza a hacerse llamar así y le cambia el nombre a su grupo por Egypt 80. Los medios se ensañan al verlo como una amenaza electoral, las autoridades lo acusan de contrabandista, después de homicida de una anciana inglesa y lo apresan por 20 meses. Más humano, menos divino y hecho una ruina económica, Kuti sale de prisión un tanto desencantado y se divorcia de un solo golpe de 20 de sus mujeres.
Ya no sería lo mismo.
Su llama se va extinguiendo. En cada paliza queda imposibilitado de tocar un instrumento. Su ritmo de composición merma poco a poco, y sus ideas se vuelven animales moribundos. En una de sus últimas canciones ataca el uso del condón como contrario a la cultura africana, no sin antes afirmar que el sida es una enfermedad del hombre blanco.
Sí, ya no sería lo mismo.
A mediados de los años noventa Fela se enferma, pierde las fuerzas y no recibe tratamientos. Quien alguna vez fue estudiante de medicina recurre a emplastos, a adivinadores y a la llama sagrada. El 2 de agosto de 1997, Dios deja de existir en África. Primero dicen que fue de un ataque al corazón, más tarde reconocen que lo aniquiló el sida y por último afirman que lo mató la persecución política que soportó por más de 20 años en su país. Un millón de personas fueron al entierro que se realizó enfrente de su casa; esa tarde su hijo Femi tocó un solo de saxofón en su honor.
Dato curioso: el funeral del 12 de agosto de 1997 fue el único día en la historia de Nigeria en el que no hubo ni una sola denuncia a la policía.
Otro dato curioso: en 1945, cuando Fela tan sólo tenía siete años, un babalawo le predijo su futuro a la madre del niño. Lo que viene a continuación es, palabras más, palabras menos, la adivinación que se hizo sobre el crío:
“Será obstinado, impetuoso, incontrolable. Su voz será semilla de problemas, turbulencias y violencias. Sus mujeres serán numerosas. Vivirá en la pobreza, al lado de los mendigos. Dormirá con ladrones. Sus amigos serán multitudes. Romperá las prohibiciones de los hombres y de los dioses de los Oyumbos. Perecerá por su propia mano”.
Profético o no, Fela Kuti creció y murió, no sin antes haber grabado 77 discos, haber estado preso en cuatro ocasiones y haber declarado ante la justicia unas 356 veces en su vida.

Por Daniel Centeno M.
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Joe Pappy Este músico santurcino fue un fervoroso cultor de los ritmos afroboricuas. Era cantante, percusionista y, como compositor, cedió cuatro obras a Cortijo y su Comboque, vocalizadas por Ismael Rivera «El Sonero Mayor», alcanzaron categoría de jitazos¡Caballero qué bomba! Pa’ lo que tú le das (Seeco, 1957); Con la punta del pie (Seeco, 1958y, muy especialmenteel oriza Perfume de rosasque aquel binomio irrepetible grabó dos veces (Rumba, 1960 / Coco, 1974y que, a través de los tiempos, acumularía buen número de versiones discográficas.
Como autor, firmaba sus obras con su nombre de pila, pero como intérprete se hacía llamar «Joe Pappy», aunque también se le conocía como «Papi Shorty».Curiosamente, aunque sentía particular predilección por la bomba, sus tres producciones discográficas se enfocaron en otros génerosPor ejemplo, frente a su conjuntoJoe Pappy y sus Pleneros grabó el disco Plenas callejeras / Música folklórica de Puerto Rico (Rico-Vox, RVLP-509), editado en 1965Este  contiene sus composicionesAntiguaAyudante cabo de patio, Brujo malditoChegüí Torres, campeónEstanislaoGriffith, campeónLa plena que me gustaLa 21María SocorroOso se fueSambabalique Yo no sé lo que pasa en el Cielo.

El siguienteBoogaloos (Topstar, LP-1208) salió al mercado en 1967 y, de su autoría, incluye la bomba Dale que dale, Baila
Telmary Diaz
 Rapera Habana jazz y poeta, actriz y músico Telmary Díaz comenzó su carrera con la banda Free Hole Negro,  libre antes de unirse al colectivo Interactivo, con los grandes nombres de la escena musical alternativa de Cuba. Ahora con sede en Toronto, Telmary ha enriquecido profundamente la escena musical local con su embriagadora mezcla de teatro, el rap y la poesía. Una cabeza de cartel internacional, también contribuyó a la nominada al Grammy saxofonista, flautista y director de orquesta aclamada Jane Bunnett de Divas mundiales y Embracing Voices proyectos.

Havana’s foremost female rapper and jazz poet, actress-musician Telmary Diaz began her career with the band Free Hole Negro before joining the collective Interactivo, featuring the biggest names on Cuba’s alternative music scene. Now based in Toronto, Telmary has deeply enriched the local music scene with her intoxicating blend of theatre, rap and poetry. An international headliner, she also contributed to Grammy-nominated saxophonist, flutist and bandleader Jane Bunnett’s acclaimed Global Divas and Embracing Voices projects.














domingo, 17 de febrero de 2013

Wichy de Vedado   Yoel Antonio Dieguez Toledo


 Sus producciones musicales son compuestas de sonidos grabados directamente de varias fuentes como sonidos de la calle, voces, instrumentos musicales, así como, de samples de jazz, pop. Estos sonidos los mezcla en diferentes programas de música, tales como Reason, Sound Forge, Recycle, Live y el producto final es una nueva expresión de la música contemporánea cubana. En vivo mezcla House, Techno, Breakbeat entre otras.

Participó en el rodaje del documental “Dancefloor Caballeros’.

Participó en la COPA Redbull de Karting del 2005 y en los Festivales de Deportes Extremos organizados por la Unión Europea en el 2005 y el 2006.

2002 - es organizador del proyecto FESTIVAL PACHANGA PAZ (artistas plásticos, músicos y performáticos de varios países, tales como Jamaica, Brasil, Estados Unidos y Cuba).

Obtuvo el premio por la banda sonora del documental “Desvaríos” en el Festival Cine-Plaza en Ciudad de la Habana del 2006.

1997 - realiza la producción musical del cortometraje “Todas las noches terminan en el malecón”,  que se exhibió en el XIX Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano
Finales del 97 – comienza junto a Tony Rodríguez el proyecto D’Jazz que fusiona la música electrónica con el jazz y utiliza músicos virtuosos en vivo.

2004 - publica el artículo “150 Beats in der Minute. Die Anfänge von House und Techno in Kuba”







lunes, 11 de febrero de 2013

Machito

Frank Raúl Grillo, nombre verdadero de Machito, nace en La Habana, (Cuba) el 3 de diciembre de 1906. Creció escuchando jazz y música popular cubana, y comenzó a cantar cuando todavía era un adolescente. Entre 1928 y 1937, Machito actuó con muchas de las orquestas de baile más populares de Cuba, entre ellas el Sexteto Occidente de María Teresa Viera y el Sexteto Nacional de Ignacio Piñeiro. Fue en este período cuando conoció al compositor, arreglista y multi-instrumentista Mario Bauzá. Desde entonces, y durante las décadas siguientes, Machito y Bauzá trabajarían juntos, conformando un binomio que revolucionaría la música latina.

Machito, llega a Nueva York en octubre de 1937, hallando un puesto como cantante en un grupo llamado La Estrella Habanera. Durante los dos años siguientes, Machito, grabó con el «Cuarteto Caney» y la Orquesta Hatuey. En 1939 Mario y Machito intentaron formar una orquesta, pero fracasaron. Durante una sesión realizada en 1941 en la que participó un joven baterista de nombre Tito Puente, Mario y Machito realizarían sus primeras grabaciones «Sopa de Pichón» y «Tingo Talango», todo un éxito en el mercado latino. Machito y Bauzá querían combinar la música cubana con la que habían crecido, con los sonidos del jazz que por aquél entonces se hacía en Nueva York, y a Mario se le ocurrió que un nombre apropiado para esa combinación podría ser «Afrocubano».

Finalmente, el sueño se haría realidad en 1943, cuando grabaron «Tanga», tema considerado como la primera grabación de jazz afrocubano.
 De allí en adelante, la agrupación de Bauzá y su amigo Frank sería conocida como ‘Machito y sus afrocubans’. El Jazz Afrocubano tendría su gran presentación en sociedad el 24 de enero de 1947, cuando Fred Robbins, incluyó a los Afrocubans de ‘Machito’ en la presentación que haría esa noche Stan Kenton, en el Town Hall de la ciudad. Dos semanas después de esa noche apoteósica, la banda de Stan Kenton, grabaría un tema titulado ‘Machito’, en su honor. Durante los primeros años 60’s, la las flautas y violines dominaban la fiebre de la charanga y la pachanga, pero Machito continuaba grabando discos con su característico sonido de cañas y bronces. Entre 1965 y 1969 predominó la moda del boogaloo y de allí en adelante hubo un dominio de pequeños grupos musicales que utilizaban el formato del conjunto típico, lo cual llevaría al gran boom de la salsa. El 5 de enero de 1975, la banda de Machito, en compañía de Dizzy Gillespie, interpretó en vivo en la Catedral de San Patricio de Nueva York, la suite ‘Oro, Incienso y Mirra’ original de Chico O’Farril; poco después grabaría junto al mismo Gillespie ‘Afro Cuban Jazz Moods’, álbum nominado al Grammy ese mismo año.

Mientras Machito, se hallaba en Londres con ocasión de una actuación en el Ronnie Scott’s Club, sufrió un ataque al corazón, falleciendo cinco días después víctima de una hemorragia cerebral. Con posterioridad a su muerte, fue estrenado el documental: ‘Machito, A Latín Jazz Legacy’, dirigido por Carlos Ortiz y con la participación de Dizzy Gillespie, Ray Barretto, Tito Puente y Charlie Parker. Se estrenó en Noviembre de 1987 y transmitido en las Islas Británicas en el famoso Canal 4 en enero de 1989. Machito será siempre recordado como el Padrino del Jazz Afrocubano.







Tata Guine


Federico Arístides Soto Alejo es el verdadero nombre de Tata Güines, Nacido el 30 de junio de 1930 en un hogar pobre, de creyentes en ritos africanos. Nació en el barrio arrabalero Leguina, rico en tambores y ritmos folklóricos, en el pueblo de Güines (De ahi su nombre artistico), La Habana. De niño comenzaron a llamarle Tata.

Inventor de una peculiar forma de tocar con las uñas, Güines hizo vibrar sus tumbadoras hasta en la Sinfónica Nacional de Cuba. Se esforzó por sacar nuevos timbres y trabajó un formato rítmico innovador sobre el cuero, que muchos percusionistas aprovecharon después para buscar una entrega sonora más experimental.

Güines comenzó como bongocero y contrabajista en el grupo Ases del Ritmo. Partagás, la Típica Montoro, la jazz band Swing Casino, el conjunto Los criollitos; y es a la edad de doce años cuando comienza con la tumbadora con Las Estrellas Nacientes junto a algunos músicos de su familia. Su carrera internacional despegó en la década de 1950, cuando grabó con Israel ‘Cachao’ López y con Arturo ‘Chico’ OFarrill.

En 1957 viajó por dos años a Nueva York. Trabajó allí con Dizzy Gillespie en el hotel Waldorf Astoria, ya uno de los más prestigiosos de aquella ciudad estadounidense. Tata Güines regresó a Cuba en 1959, poco después del triunfo de la revolución de Fidel Castro, donde se unió al grupo de jazz de Frank Emilio, para después formar su propia orquesta. Güines elaboró su primer disco como solista en 1994. Tocó con los grandes de la música cubana, desde Arsenio Rodríguez, Chano Pozo, Changuito, Bebo Valdés, Fajardo, Frank Emilio, Cachao, y una lista interminable de clásicos.

Tata recibió el Premio Nacional de Música 2006. Anteriormente el Oyanike cultural en San Francisco, la fábrica de instrumentos musicales dedica una marca de tambor a Tata Güines, y tiene participación en tres premios Grammy (Lágrimas negras, La rumba soy yo y un tercero con Jane Bunnet).

Muere el 4 de febrero del 2008 a los 77 años, víctima de una infección renal









domingo, 10 de febrero de 2013

Arianna Puello o Ari
Es una Mc española de origen dominicano.

A la edad de 8 años se afincó en Salt (Gerona, España). Comienza su trabajo artístico dentro del hip hop en el año 1993 grabando con una amiga una canción. Más tarde formó un grupo junto con Bano llamado N.O.Del KRIB (Nacidos Originalmente del Karibe). Después de que N.O.Del KRIB se disolviera, entró a formar parte del grupo Discípulos del Micro, el cual también se disolvió. 

Su salto a la fama de la escena hip hop española fue gracias a una colaboración en el primer trabajo en solitario de El Meswy, en el tema «Mujer chunga». En 1998 edita con el sello discográfico Zona Bruta su primer trabajo de forma profesional: «El tentempié», un maxi que acompañado por los scratches de DJ TILLO, uno de los actuales mejores DJ de hiphop y Turntablism del panorama español y europeo, logró alcanzar un gran numero de ventas y de buenas criticas.

Especialmente impactante fue la la aparición de su primer LP «Gancho Perfecto» en 1999. Confirmada como una de las raperas de más éxito en España, colabora con numerosos MC’s y bajo el nombre de Arianna Puello ha editado otros cinco LPs, el más reciente «Kombate o Muere» (2010), todos ellos con Zona Bruta



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Carlos del Junco
(nacido en 1958 en La Habana, Cuba) es un destacado armonicista de jazz Cubano-canadiense.

Del Junco emigró con su familia a la edad de un año. Comenzó a tocar la armónica a los 14 años de edad. Se graduó con honores en Ontario College of Art en la especialidad de escultura.
Está especializado en la armónica diatónica de diez agujeros. Se dice que la toca como si fuera cromática mediante una técnica que produce un tránsito de armónico que le enseñó el virtuoso de jazz Howard Levy.
En los años 1980 Del Junco actuó con muchas bandas, incluída la banda de Latin/Reggae/R&B "Eyelevel", n el "Ontario College of Art Swing Band" con Bill Grove y durante seis años con el grupo de rhythm and blues "The Buzz Upshaw Band".
En 1990, formó una banda de fusión blues/jazz, "The Delcomos" con Kevin Cooke. También ha grabado con Marcel Aymar, Cassandra Vassick, Oliver Schroer, y Holly Cole.
En 1993 ganó dos medallas de oro en el Campeonato de armónica del mundo Hohner, que tuvo lugar en Trossingen, Alemania en las categorías de blues diatónico y jazz. En noviembre de ese año lanzó su primer CD con Bill Kinnear.
Pertenece a la discográfica NorthernBlues Music.





Chris Rock 

Comediante , actor , quionista, productor de television, director  y productor de cine