La Familia Meztisa de Pablo Picasso
Pablo Picasso murió en 1973 sin haber visitado Cuba ni conocer que su abuelo materno le había legado en la isla una familia negra y mestiza que también desconocía su parentesco con el gran pintor español. ''Por Cuba me quedó un abuelo'', comentó Picasso una vez según cuentan los biógrafos. Pero, más allá del dato, durante un siglo nada se supo a ciencia cierta de Francisco Picasso Guardeño, aquel abuelo materno que, como tantos españoles de su tiempo, viajó a las Américas en 1868 buscando fortuna y nunca regresó a su patria.
Mientras, en la isla, los Picasso cubanos llegaron a pensar en la posibilidad de tener algún tipo de vínculo familiar con el creador de Guernica, pero el simple color de la piel les hacía descartar cualquier conjetura. ''Picasso en blanco y negro'', suele decir ahora con su buen sentido del humor Juan Antonio Pascual Picasso Pérez, nieto del primogénito cubano de Francisco, al contemplar publicadas en la prensa una foto suya junto a otra del ''tío famoso''.
''Habíamos oído hablar del pintor, pero, realmente, no hubo por parte mía ni por la de mi padre interés o preocupación alguna por averiguar los vínculos que dejó el abuelo en España antes de venir a Cuba'', asegura Juan Antonio, que a sus 71 años aún brinda asesoría técnica como yesero, ama el jazz y el baile, cree que la música lo mantiene vivo y se enorgullece de sus nietos. Uno de ellos, Joan Picasso, de 11 años, estudia pintura en una escuela de nivel elemental.
La verdad trascendió sólo a finales de 1999 cuando la historiadora y fotógrafa cubana Bárbara Mejides reveló que había localizado en La Habana a lo que podría ser la única familia con ese apellido en Cuba. Ahora se sabe que ''puede haber otra, de color blanco, pero no hemos podido encontrarla'', aseguró Mejides. La aparición de otros parientes plantearía nuevas interrogantes, pero no opacaría lo que se vislumbra como una apasionante historia de amor entre el inmigrante español y la negra liberta Cristina Serra, cuando aún existía la esclavitud en Cuba.
La investigación en curso fue iniciada por Mejides en 1998 a solicitud de la Asociación Pablo Picasso de La Coruña, provincia de la comunidad autónoma española de Galicia, con el fin de completar los antecedentes biográficos del pintor. ''La búsqueda se inició por el centro de la isla y terminó en La Habana, a unos metros de mi casa. (cuenta la autora) Cuando vi a Juan Antonio no tuve dudas. El parecido es increíble: los mismos ojos, la misma nariz, la misma cara'', asegura Mejides. Según la investigadora, Don Francisco encontró trabajo en un ingenio azucarero en el centro de la isla. Al formar su familia cubana la asentó en Sagua La Grande, un poblado a 350 kilómetros de La Habana que ya tiene más de 60.000 habitantes. Sin embargo, no se ha podido establecer qué tipo de labor desempeñó ni cual fue su actitud hacia la primera guerra de independencia contra España que se inició el mismo año de su llegada, 1868, y se extendió toda una década.
Otras fuentes revelan que del árbol genealógico del pintor tiene sus orígenes en el año 1867, cuando su abuelo materno, Francisco Picasso Guardeño, "un estrafalario caballero de ojos saltones y bigotes de morsa", decide abandonar en Málaga a su mujer y a sus cuatro hijas –una de ellas María, la futura madre de Pablo Picasso– para probar suerte en Cuba a los 43 años de edad.
En la isla don Francisco trabaja como administrador de aduanas en La Habana y se casa con una esclava negra liberta, Cristina Serra. Fruto de este amor caribeño nace la saga de los Picasso cubanos. Ambos tuvieron cuatro hijos mulatos, de los cuales uno les dio nueve nietos: Juan Francisco, un mestizo que murió a los 49 años de edad.En 1883, el abuelo materno de Picasso anunció su regreso a Málaga. Su equipaje, embarcado previamente, llegó a la ciudad andaluza, pero no así don Francisco, al que los suyos esperaron en vano. Quince años después la familia se enteró de que había muerto en Cienfuegos víctima de la fiebre amarilla poco antes de que su barco partiese rumbo a España. Su cadáver fue enterrado a toda prisa y su fallecimiento ni siquiera fue registrado, escribe el biógrafo de Picasso, John Richardson.
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Julia Mirabal, que presentó su documental en el Festival de Cine de Málaga, se encargó de develar este curioso aspecto de la vida del pintor español, cuyo apellido quedó consolidado en Cuba durante generaciones. Hasta la fecha se han descubierto 41 descendientes de Francisco Picasso Guardeño, de los cuales 31 todavía viven.
Lo fascinante de la "estirpe" cubana del artista es que algunos descendientes de don Francisco, como Juan Antonio Pascual Picasso o Delia y Luis Picasso Granados, guardan un asombroso parecido físico con el cubista español, exceptuando únicamente el color de la piel."Estoy segura de que Picasso y su familia sabían de la existencia de estos primos hermanos negros, pero siempre lo ocultaron. Eran para ellos una mancha negra, un baldón, que no querían que se supiera", dijo Mirabal a la prensa española.
En España dicen que Pablo Picasso se interesó por su abuelo, al que nunca llegó a conocer, pero sus investigaciones en Cuba no aportaron mayores detalles en aquel entonces.
Junto con la periodista cubana, estuvo en Málaga Ramón Picasso, un habanero de 43 años, médico radiólogo de profesión y sobrino lejano del pintor, quien abundó en el enorme interés que el documental despertó en la isla. "No podía ni pasar consulta", bromeó.
La historia de la rama cubana de Picasso no se conoció antes, ya que, como explicó Ramón, su familia era muy reservada y no estaba interesada en darle mayor publicidad. Pero el documental de Mirabal, proyectado en el Festival de La Habana en 1999, cambió todo.
Y probablemente este no es más que el comienzo ya que quedan aún muchos familiares por descubrir. Si en lo pictórico las etapas realista, cubista, rosa y azul del genial pintor malagueño están documentadas hasta la saciedad, los "Picassos negros" darán todavía mucho que hablar e investigar
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Pintura original de Pablo Picasso
Exposicion Cuba Picasso en la Habana, Camaguey y otras provincias
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