martes, 2 de octubre de 2012

Los Abakuá sociedad secreta


El 1ro de abril de 1893 nuestro Héroe Nacional, José Martí, publicó en el periódico Patria el artículo titulado “Una Orden Secreta de Africanos” en el cual hace referencia a Tomás Surí, un africano desterrado a Cayo Hueso. A pesar de que en el trabajo artículo no utiliza la palabra abakuá ni ñáñigo, resulta evidente que se refiere a ellos calificándolos con los términos de hombres y patriotas.
El Apóstol plantea que esta orden realizó donativos para engrosar los fondos de la guerra, ya que ellos “también quieren contribuir con algo al día de la patria”, y aunque señala que no falta “quien me critique y me tenga a menos porque me siento con ellos (...) nunca me he reunido con tanto hombre honrado y de verdad en tan poca gente”. Martí, siempre tan genial, supo saltar por encima de las barreras raciales, los prejuicios y estereotipos que se tenía sobre la agrupación abakuá.

Imagen distorsionada
“Para ser abakuá hay que ser hombre, pero para ser hombre no hay que ser abakuá”, reza un viejo adagio popular. En cambio, la hombría no está divorciada de la humildad, el trato respetuoso ni guarda relación con la altanería.
Esa negativa imagen, tal vez ganada en el entorno marginal, es la que desafortunadamente ha permeado el mundo abakuá y, sobre todo, la que se han encargado de perpetuar los medios. No vamos a referirnos, sino a ejemplos recientes: Daniel Chavarría, uno de los escritores más leídos por el público cubano, introduce en “Príapos” a Nitrogricelina, un joven rumbero, buena gente pero, sobre todo, fajarín, que reproduce el arquetipo del negro abakuá inmerso en el mundo de la violencia.
El serial televisivo ¡Oh, La Habana! nos dejó el triste recuerdo de Adarico, quien con su posición ridícula acosa a Taimí, la persigue con un cuchillo en mano y profiere finalmente la sentencia ñáñiga: “akua embori aborequí ñangué” (chivo que rompe tambor con su pellejo paga) o su equivalente “el que la hace la paga”.
En “De fi de fo”, Babylores & Insurrecto son irrespetuosos, no solo con la chica a quien hacen alusión, sino con el supuesto amante (abakuá por demás), cuando expresan: “No te estés haciendo la de la cuenta del banco/toda tu vida fuiste una pasmiche/ahora porque te casaste con el blanco/si tú eres fanática a los niches:/Todo lo que te regala el europeo/te lo tiene controlado el guapo/por eso es que te tiene puesto el de’o/mi china, la verdad que tú eres hija del maltrato”.
Cierto que el reggaetón suena bonito pero, por si acaso, prefiero aquella melodía que enarbolara hace algunos años el cantautor Pedro Luis Ferrer, en la cual se dignificaba mucho mejor a la corporación:
Uno de la extrema izquierda
me vio con un abakuá
me dijo véndele al socio
porque te vas a embarcar,
le dije vete tranquilo
que el socio es buena persona
ahora lo estoy despidiendo
porque se va para Angola.
Tengo un amigo palero
y uno que es abakuá,
son más hombres y más amigos
que algunos que no son na´.
Origen
Hacia 1836 fue creado en el ultramarino poblado de Regla, al otro lado de la bahía habanera, una agrupación de corte carabalí, que respondió al nombre de Sociedad Abakuá.
Los primeros integrantes, aunque criollos, eran negros descendientes de africanos, y entre los fines fundamentales estaba la emancipación de la esclavitud, debido a lo cual fueron mal mirados por las autoridades colonialistas, que los calificaron despectivamente como ñáñigos o arrastrados.
En 1862 se forma la primera entidad en Matanzas y luego se extiende al municipio de Cárdenas, en la misma provincia, lugares donde hasta hoy continúa operando el ñañiguismo.
Por supuesto que, como organización cubana, ya desde el siglo XIX se le habían incorporado mestizos, chinos y hasta blancos, pero la versión esquemática desde el “poder” continuó calificándola “práctica de negros”.
De acuerdo con lo anterior, queda claro que el ñañiguismo encarna una cultura de resistencia. Quizá por ello, muchos jóvenes tiendan a confundir los principios cardinales de la agrupación y vean en ella su paradigma de “hombre a todo”, con su secuela de atributos: machista, guapetón, petulante...
“Ser abakuá se convirtió en algo así como un certificado de graduación dentro del ambiente”, nos asegura el investigador Tato Quiñones, autor del libro “Ekori Abakuá” y de otros trabajos sobre el tema.
El desconocimiento, más la propaganda errada, genera estereotipos, sobre todo cuando se trata de un fenómeno nacido de los estratos más humildes de La Habana colonial, que se desenvolvió dentro de la marginalidad o, a decir de Tato, dentro del ambiente.
Poco se conoce que en la conspiración de Aponte, en 1812 —cuando tal vez ya existía el ñañiguismo, aunque no recogido oficialmente— estaban implicados varios iniciados abakuá. También los hubo en la llamada Conspiración de la Escalera y otros movimientos similares de la capital cubana, pero de eso no se habla.
Tampoco se habla del negro ñáñigo Caoba, quien se lanzó a la manigua redentora durante la primera gesta independentista; que cinco negros abakuá perdieron la vida en un colosal intento de frustrar el asesinato de los ocho estudiantes de Medicina o que el joven Martí, deportado a España, fue cuidado en Zaragoza por Simón González, alias Gran Diablo, juramentado en la hermandad.
Se habla, sí, de las lipidias, las puñaladas y la predisposición a la delincuencia en los abakuá.

El investigador norteamericano Ivor Miller, del Centro de Estudios Africanos
de la Universidad de Boston, Massachussets, en entrevista, contó a la emisora radial KUNM, de Nuevo Mexico, que mientras se documentaba sobre la historia de los Abakuá en Cuba para incluirla en
su libro Voice of the Leopard, constató en viajes a la zona de Cross River
(Calabar), en Nigeria y Camerún, asentamiento de la sociedad Epke, de la que
derivó la hermandad Abakuá en la Isla, que los africanos reconocieron en los
ritos y cultura de los iniciados cubanos la pureza de esa tradición ancestral.
De acuerdo con el estudioso, los cubanos practicantes hablan el idioma de Calabar
en las sesiones religiosas y entre ellos pese a que no han tenido contacto con
esa región, única junto con las provincias cubanas de Matanzas y La Habana donde
florecieron los descendientes de los Epke. "En el caso de los Yoruba (culto de
origen africano con fuertes raíces en Cuba y Brasil) sí hubo relaciones entre la
tierra de los Yoruba y Brasil, pero nada de esto sucedió entre Cross River y Cuba
por lo que resulta extraordinario que los Epke en Calabar puedan escuchar a los
Abakuá, su música y cantos, y entender y reconocer el ritmo y muchas de las
palabras". Miller estuvo en varias ocasiones en Cuba entre 1991 y el 2000
recopilando datos para su libro como las fechas de fundación de cada logia Abakuá
y los nombres de las mismas en el idioma original. "Me dí cuenta de que es una
historia increíble y que no ha sido contada".

El historiador viajó a Calabar en el 2004 para dar una charla en el Museo
Nacional sobre los Abakuá cubanos. Mientras impartía la conferencia, mostró
videos de las ceremonias y reprodujo grabaciones musicales de los Abakuá. "Los
Epke estaban impresionados. Cuando puse Criolla Carabalí (un tema de la
agrupación Septeto Habanero de 1928) enloquecieron. Se pusieron de pie,
comenzaron a bailar y decían: así solían tocar nuestros padres"
En esa ocasión, Miller fue iniciado en los ritos secretos de los Epke en la logia
Calabar de Ekoritonkó, homónima de una de las logias habaneras, con el objetivo
de que los miembros de los asentamientos de la hermandad le abrieran las puertas
y lo ayudaran en la investigación. "Reconocieron la importancia de esa conexión
con Cuba".

A fines del 2004, el investigador norteamericano volvió a Calabar con dos Abakuá
cubanos residentes en New Jersey, iniciados en la logia Ekoritonkó de La Habana.
Identificados como Vicente Sánchez y Román Díaz, ambos músicos, los cubanos
hicieron una demostración en vivo de un plante Abakuá (ceremonia sagrada) ante
unas tres mil personas durante el Tercer Festival Internacional Epke, en Nigeria.
Sánchez y Díaz tocaron los tambores de los Epke al modo Abakuá, los cuales están
hechos de los mismos materiales que los que utilizan los Abakuá cubanos. "La
multitud enloqueció y todos los presentes confirmaron que la sociedad Abakuá es
una extensión de su propia cultura".

Miller dijo que el principal objetivo de su proyecto, como historiador, es
facilitar el contacto entre los Abakuá y los Epke. "El pueblo de Calabar está muy
contento con esto porque de repente se enteran que su cultura tiene una dimensión
internacional, algo de lo que están muy orgullosos. Creo que este encuentro está
fortaleciendo la conciencia histórica de ambos grupos y sus prácticas".
A lo largo de su historia en Cuba, los Abakuá no han sido vistos con buenos ojos
por las autoridades. Durante la colonia, la hermandad, que según Miller, se basa
en la ayuda mutua y la obediencia a estrictas reglas de comportamiento que velan
por la moral e integridad de sus miembros, se dedicó a juntar dinero para comprar
la libertad de los negros esclavos traídos de África y sus descendientes. Muchos
de ellos combatieron además en el Ejército independentista.

Debido a la discriminación contra las prácticas de origen africano que no
terminaron con la independencia cubana de España en los albores del siglo XX, los
Abakuá se vieron obligados a hacerse más invisibles a los ojos de las autoridades
de la llamada seudo república. Actualmente, aunque se desconoce casi todo lo
relativo a la hermandad debido a su carácter secreto y exclusivo, sus miembros
gozan de los mismos derechos a nivel social que otros practicantes de los
diferentes cultos y religiones asentados en la Isla.

La música ha sido el vehículo fundamental a través del cual los iniciados han
compartido algo de su cultura con el resto de la población cubana. Miller asegura
que sobran los ejemplos en la música popular de la Isla en la que abundan
referencias a los Abakuá ya sea en las letras o en los ritmos.
"Han incluido palabras Abakuá porque la gente no entiende lo que dicen", asegura el
investigador.

Entre los músicos Abakuá o simplemente amantes de esa cultura que han adoptado
términos de la sociedad y su manera de hacer sonar los instrumentos percutivos,
Miller menciona a la agrupación folclórica Muñequitos de Matanzas, al
percusionista Chano Pozo y a los soneros Benny Moré, Arsenio Rodríguez e Ignacio
Piñeiro.

Miller anunció en su conversación con el musicólogo, escritor y ex productor de
la KUNM Ned Sublette, quien lo entrevistó, que Voice of the Leopard estará en las
librerías estadounidenses a mediados del 2008. Sobre el título del libro explicó
que la voz del leopardo es el símbolo principal de la sociedad Ekpe. El signo,
explicó, quiere decir "somos independientes".

Las Firmas



Esta es una firma conocida por Mundo Batalla Tierra de Loango  (Angola siglo XIIX










La flecha central con el símbolo de la ñoca en la parte más baja es la guerra implícita fortalecida por:
 - 4 flechas que la atraviesas  representa los cuatro elementos aire, fuego, agua y tierra.
- el circulo es la tierra  en su universo.
-Los O y las cruces los planetas, Venus la armonía, Martes agresividad, Júpiter orden y sabiduría. Saturno lo viejo, lo antiguo, lo rígido. Urano tensión y explosión, Neptuno imaginación intuición y Plutón inconsistente colectivo. En esta firma se demuestra la simplicidad de lo antes dicho de los bantúes en cuanto sus trazos, no hay más que ver como la naturaleza está descrita en todo el dibujo.
Aunque en otros nso pudieran descodificar la misma firma de otra manera por ejemplo las cruces se interpretarían como vida y los O como tumbas (muerto),las que se encuentran en perfecta armonía al ser colocadas una sí y otra no, lo que es igual el equilibrio entre los antepasados y los nosotros, las flechas en cruz se interpretarían como las cuatro esquinas del universo, los puntos cardinales., las siguientes flechas estarían vinculadas a los poderes mágicos y las otras hacia la guerra. Luego entonces  la decodificación de cada firma estará siempre vinculada al conocimiento que se tenga sobre un hecho y como figura asociada al rito dentro de la casa o nso.
Por todos es conocido el sincretismo cubano, no solo con la regla del culto de la Osha, sino también con la conocida y estigmatizada Regla Abakuá, la fusión de esta con el mayombe se ve claramente  en un libro de Manuel Cofiño quien plasma muchos ritos, que hasta mediados del Siglo XIX habían sido secretos; dicho sea aclarado, el escritor estuvo escondido  por amenazas de muerte   de los miembros de varias tierras ñáñigas.
Esta fusión también es debido a  Andrés Facundo Petti que en 1857 consiguió la entrada de blancos en la Sociedad Abakuá y  por supuesto que esto, no dejó de tener detractores, comenzando según algunos escritos,  contradicciones profundas entre las diferentes grupos  o casa de juego, donde bajo la bandera racial, (que solo eran cosas de negros)  escondían  todo lo que la colonia arrastró como posición dominante. Es común dentro de las iniciaciones de los abakuás  que las firmas se realicen  con  yeso amarillo,  el diagrama de Oruna Akua Abasí Rirí a través del cual se practica la purificación es un ejemplo claro.

La  iniciación de ekobios en la regla mayombe  propició la complejidad de las firmas en la regla del palo monte cubano, los miembros de estas tierras ñáñigas comienzan hacer uso de nuevas firmas con trazos donde se mezclan al nuevo rito, en la actualidad prevalecen  estos dibujos pintados con yeso blanco o amarillo este último es(influencia ñáñiga)de gran belleza artística  y de una complejidad muy alta, pero como  ven, también estas nacen en Cuba  a finales del XIX.

Regresando al tema, ahora sí realmente los bantúes pensaron en unos símbolos gráficos que representaran su universo , ¿sería así también su descripción semántica, aunque esta sea totalmente empírica?. Con una mirada solamente al círculo como descripción del universo bantú y regresando nuevamente a la cruz conga o al círculo como base esencial de todas las firmas del mayombe este casi siempre es atravesado por una línea recta, representación  de la división de dos mundos los vivos y los muertos, pero entonces ¿cuando aparece realmente esta concepción del mundo? si antes del Siglo XV los conceptos del mundo eran diferentes a los actuales y la tierra se consideraba plana o que todo giraba a su alrededor. Partiendo de esta experiencia pues entonces el circulo debería ser la tierra a su alrededor todo debería ser colocado.. Como hemos observado, los estudios semióticos comienzan a partir del Siglo XIX y casualmente las firmas mayombe cubana también comienzan a complejizarse en Cuba en estos años.
De aquí el circulo simboliza la perfección, homogeneidad, ausencia de distinción o de división, los círculos concéntricos que representan los grados del ser, las jerarquías creadas. Ellos son la manifestación universal del Ser único, Verticalidad. poderoso símbolo de ascensión, progreso, superación dinámica.
¿Interesante verdad? pues para el bantú el "Ser único" aunque existe, no revela gran importancia para su mundo mágico como hemos vistos en los pensamientos anteriores al siglo XVII, Los Fang de África Ecuatorial lo dicen con simplicidad, pero con mucha valentía:
«Dios (Nzame) está arriba, el hombre abajo;
Dios es Dios, el hombre es el hombre;
cada cual a lo suyo, cada cual en su casa» 
¿Luego entonces esta simplicidad no debería también reflejarse en sus representaciones gráficas?

fuentes
 Ta Makuende yaya  Natalia Bolívar-Carmen González Díaz
firma de libretas de paleros  cubanos
firmas de ceremonia abakúa
Los negros brujos Fernando Ortiz
Estidios de Semiología Ferdinand de saussure
Apuntes sobre el signo colecctivo de autores
revista cubana somos juvenes y 
whitman gimenez/ posted

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